Conocemos la escena del shibari como un suceso binario a veces completado con la presencia del espectador, extender la práctica al ámbito grupal nos proporciona nuevos recursos de gran interés. Este taller, orientado a participantes de cualquier nivel, explora diversas prácticas colectivas que permiten experimentar, de una forma lúdica, situaciones catárticas que evocan el carácter atávico del shibari.
De interés para cualquier practicante que desee explorar más allá de la dualidad atador/atado, vivir la experiencia de las cuerdas como ceremonia colectiva y descubrir nuevas herramientas y aplicaciones en entornos terapéuticos, artísticos, pedagógicos etc. Tanto si se es principiante como técnicamente avanzado, los ejercicios grupales integrarán a los participantes en el juego como motor colectivo de liberación y creatividad.
Experimentamos situaciones que permiten una visión alternativa de la escena shibari. Acciones en grupo permiten el estudio de la complejidad a la que nos enfrentamos en la práctica dual, facilitan la creación de intensidades sensoriales no habituales, ayudan a ensayar nuevas configuraciones espaciales de las cuerdas basadas en lo colectivo.
Dinámicas
Técnicas de cuerdas para el trabajo en grupo
El estudio se centra en técnicas específicas adaptadas para el trabajo en grupo, con un enfoque particular en métodos que permitan el atado y desatado rápido. Estas técnicas están diseñadas para facilitar la creación de sujeciones que no solo sean cómodas y seguras, sino que también contribuyan a agilizar las dinámicas de juego. Al implementar estas estrategias, se busca optimizar la eficiencia del equipo, permitiendo una mayor fluidez en las actividades y reduciendo el tiempo dedicado a preparar y ajustar las sujeciones necesarias durante el juego.
Además, la investigación aborda la importancia de garantizar que las sujeciones sean adecuadas para todos los participantes, minimizando el riesgo de incomodidad o lesión. Se examinan diversas técnicas de atado que se adaptan a diferentes contextos y tipos de juegos, proporcionando soluciones prácticas y versátiles. De esta manera, se pretende ofrecer herramientas que mejoren la experiencia grupal, fomentando una mayor cohesión y colaboración entre los miembros del equipo. La aplicación de estos métodos no solo mejora la eficiencia, sino que también contribuye a crear un ambiente de juego más seguro y agradable para todos.
Exploración sensorial colectiva
La experimentación grupal de las sensaciones que integran el acto shibari abarca una amplia gama de experiencias físicas y emocionales. Entre ellas, se incluye el movimiento y la presión de las cuerdas sobre el cuerpo, que generan una variedad de estímulos táctiles y sensoriales. Estos estímulos pueden ir desde la suavidad y la delicadeza hasta una mayor intensidad, dependiendo de cómo se apliquen las cuerdas y de la intención detrás de cada atadura. Esta variabilidad permite a los participantes explorar diferentes niveles de comodidad y desafío, lo que contribuye a una experiencia rica y multifacética.
Además, el shibari involucra una profunda interacción emocional, donde la crueldad de las intenciones puede contrastar con la compasión y la ternura. Esta dualidad en las sensaciones y emociones permite a los participantes experimentar una conexión única y compleja con sus compañeros de grupo. La crueldad puede manifestarse en la forma de una tensión calculada y controlada, mientras que la ternura se refleja en gestos cuidadosos y protectores. Este juego de contrastes no solo intensifica la experiencia física, sino que también profundiza el vínculo emocional entre los participantes, creando un espacio donde se exploran y se entienden mejor las dinámicas de poder, confianza y vulnerabilidad.
Armonizando la presión de las cuerdas
La dinámica colectiva en la que un participante es sometido a la presión de las cuerdas en distintas partes de su cuerpo, con cada área controlada por otros participantes, ofrece una experiencia única y enriquecedora. Esta actividad permite a los participantes estudiar de manera detallada la aplicación y modulación de la presión. Cada miembro del grupo tiene la oportunidad de experimentar cómo pequeñas variaciones en la tensión de las cuerdas pueden influir significativamente en las sensaciones del individuo sometido. Este enfoque colectivo fomenta una comprensión más profunda de las técnicas y sensibilidades necesarias para crear una experiencia segura y placentera.
Además, esta dinámica colectiva proporciona una vivencia sensorial que no puede ser replicada en una escena dual tradicional. La interacción simultánea de múltiples personas permite una gama de sensaciones más compleja y variada, lo que enriquece la experiencia tanto para el sujeto como para los controladores de las cuerdas. Este tipo de práctica colectiva promueve la colaboración y el entendimiento mutuo entre los participantes, fortaleciendo los lazos de confianza y comunicación dentro del grupo. A través de esta vivencia, se logra un aprendizaje integral que combina aspectos físicos, emocionales y técnicos del shibari.
Alternativas grupales a la suspensión
La ampliación de las posibilidades de la suspensión en ejercicios de coordinación grupal abre nuevas oportunidades para explorar la creatividad y la técnica en el uso de cuerdas. En esta dinámica, un participante es elevado por sus compañeros de juego utilizando técnicas específicas de atado y suspensión. Este enfoque permite experimentar con diversas posturas y expresividades que no se pueden lograr en actividades de suspensión individuales. La colaboración grupal es esencial, ya que cada miembro del equipo debe coordinar sus acciones para asegurar que el participante elevado se mantenga seguro y cómodo mientras se exploran nuevas sensaciones y movimientos.
Además, este tipo de ejercicio grupal en suspensión no solo profundiza la comprensión técnica del uso de cuerdas, sino que también fortalece la comunicación y la confianza entre los participantes. Al trabajar juntos para levantar y sostener a un compañero, los miembros del grupo desarrollan una mayor sensibilidad hacia las necesidades y respuestas del otro. Esta práctica fomenta una conexión más profunda y una sinergia que enriquece la experiencia colectiva. Explorar diferentes expresividades y posturas en suspensión grupal permite descubrir nuevas dimensiones de la interacción corporal y emocional, creando una vivencia única y compartida que expande los límites tradicionales del shibari.
Requerimientos
No es necesaria experiencia previa, pueden asistir participantes de cualquier nivel que serán instruidos en las técnicas específicas para estas dinámicas. La experiencia es grupal por lo que los participantes han de estar dispuestos a la comunicación y el contacto colectivo en un ambiente distendido de juego y experimentación sensorial.
Equipamiento
El equipamiento para asistir a clase es muy simple, prendas cómodas que os permitan mover con libertad y no molesten a la hora de hacer las prácticas y las cuerdas con las que acostumbres a trabajar. No hace falta tomar apuntes en la clase, pero si prefieres hacerlo, no hay problema, llévate un cuaderno y algo para escribir, o mejor, ten tu móvil a mano por si necesitas grabar un vídeo de un proceso o tomar fotos de algún detalle, siempre teniendo en cuenta la privacidad de los demás asistentes al curso.