Imágenes que ilustran años de experimentación, de vivencias, de fracasos y de alegrías. En un mundo de hiper-individualización, el haber conectado con las emociones de tantas personas, con las obras de tantas artistas, con las buscadoras de intensas sensaciones, hace creer en un futuro esperanzador.
Si has llegado hasta aquí, no ha sido por la campaña de una multinacional especializada en el robo de identidades, has llegado por la comunicación de una red de personas reales, apasionadas por una aventura extraña, eso que llamamos noshibari.

Antes de que las técnicas de tortura de la policía japonesa fueran convertidas en arte pervertido, la pulsión erótica que desata el acto de inmovilizar a la persona deseada ya afloraba en todas las culturas.
Yo trato de sacar a la superficie algo que está en las tinieblas: el animal que llevo dentro. Cuando sale fuera, nos da miedo a nosotros mismos, porque somos personas que hemos construido una vida sobre el hecho de ser civilizados y cultos. Nos da miedo a nosotros antes que al resto. Pero al mismo tiempo reconocemos perfectamente a esta bestia.
Francesco Piccolo
Entrevista en El Confidencial
El aislamiento de Japón entre los años 1650 y 1868 provocó que al reabrirse al mundo, tanto Europa como Estados Unidos tuvieran mucha curiosidad para saber más del misterioso país del sol naciente. De este interés surgió la moda por los artículos de artesanía y productos de origen japonés que tuvieron un impacto en las clases burguesas y en el arte, y por los grabados policromos en madera o ukiyo-e que fueron coleccionados y admirados en Occidente.
Todos estos artículos y grabados influyeron en el arte occidental, especialmente en los impresionistas y postimpresionistas como Manet, Van Gogh, Toulouse-Lautrec, Klimt, Grosz, Whistler…
Y en esto llegó Ito Seiu (1882-1961)



«The only recognition I ever received, as a person who has studied bondage since 1908, was the pervert tag» said Ito Seiu in an article published in Amatoria magazine in 1953. Ito commonly acknowledged as the father of modern shibari was an artist of great skill and influence. A driven, forceful, man he was devoted to the study of what he called «beauty in suffering». To satisfy his strong interest he produced many pictures of rope bondage, both paintings and photographs, in the beginning of the 20th Century. Ito also produced drawings based on historical records of judicial torture, or shikei (private punishment), and from well-known legends and myths of females in distress.
Hoy cultivamos la extraña actitud de buscar al otro, de sumergirnos en ellas, creamos escenas perturbadoras, hacemos realidad fantasías reprimidas, convertimos lo oscuro y desconocido en actos de intenso amor y belleza luminosa.